lunes, 26 de diciembre de 2011

Alocución Radial de Navidad. Mons. Mario Mestril Vega, Obispo de Ciego de Ávila

ALOCUCIÓN  RADIAL  NAVIDAD      2011

 

Este es un mensaje de la Iglesia Católica en ocasión de las fiestas de Navidad y fin de año.

 

Estimado radioescucha:

Los días más frescos, los aguinaldos que aún se ven por algunos de nuestros campos, la presencia en algunas casas de las hermosas flores de Pascua, nos anuncian la llegada de la Navidad y del Año Nuevo. Son días de alegría y esperanzas en los que nos deseamos los mejores augurios esperando siempre que el Nuevo Año sea mejor que el transcurrido. Así lo expresamos diciendo:

 

"Feliz Navidad y próspero año Nuevo".

 

Este es un saludo que tradicionalmente acostumbramos a usar en el mes de diciembre, aunque

tal vez, no todos tendremos una Navidad y Año Nuevo feliz porque la ausencia de un ser querido, la presencia del sufrimiento, el padecimiento de una enfermedad, la preocupación por la subsistencia diaria, la constatación del mal en nuestra existencia son reales; pero a pesar de que eso es cierto, siempre tenemos el deseo y la esperanza de llegar a ser felices. Y esto se debe a que la Navidad es una Buena Noticia para todos. La Buena Noticia de que Dios se ha hecho hombre, porque tanto amó al mundo que le envió a su Hijo. Y lo envió, no para condenarlo, sino para salvarlo. Por esa razón podemos vivir alegres y esperanzados en Dios, convencidos de que en gran parte la felicidad depende de nosotros mismos.

La búsqueda de la felicidad constituye un desafío para el ser humano ¿Quién no quiere ser feliz? Pero ¿en qué consiste la felicidad? Porque con la felicidad sucede como con ciertos medicamentos que alivian, pero no curan. Buscamos la felicidad  en tener más, en el placer, la satisfacción de nuestros instintos. Pensamos que las penas las vamos a ahogar en el alcohol o las vamos a dejar detrás si nos marchamos; y Jesús nos ha dicho que más feliz es el que da que el que recibe, que no sólo de pan vive el hombre. Jesús nos ha dicho también que los humildes, los misericordiosos, los limpios de corazón, los que sufren por defender la justicia y el derecho son realmente los dichosos.

Muchos han pensado que con los logros alcanzados por la tecnología se lograría la felicidad, pero algunos se hacen esta pregunta:

 

¿Y si el camino emprendido por la civilización tecnológica fuera un fatal callejón sin salida? ¿Y si el culto al hombre feliz fuera nuestra mayor desgracia?

 

El saludo del ángel a los pastores cuando les anunció el nacimiento de Jesús, fue éste:

 

"No teman. Les anuncio una gran alegría".

 

 Y, ¡miren si esos pobres pastores no tendrían preocupaciones  y pobreza! Lo primero que debemos  lograr para ser felices es perder el miedo, confiar en Dios y hacerle frente a la vida, porque la responsabilidad de mejorar nuestro entorno es de nosotros.

Son los miedos los que nos impiden vivir libres y dichosos: miedo a la vida, miedo al futuro, miedo a las enfermedades, miedo a la muerte. Los miedos nos rodean. La Navidad nos invita a estar alegres, porque Cristo ha vencido a la muerte y nos lleva consigo en la resurrección.

Cuando el Papa Juan Pablo llegó al aeropuerto de La Habana en su visita del año 1998 nos dijo como el ángel a los pastores:

 

No tengan miedo de abrir sus corazones a Cristo. Dejen que él entre en sus vidas, en sus familias, en la sociedad, para que así todo sea renovado".

 

 

La Navidad no solamente es la fiesta de Jesús, sino también de José y María. Es la fiesta de la Sagrada Familia. Por esa razón los festejos navideños revisten un aire familiar. Nos reunimos en familia para celebrar la Noche Buena. La familia es algo de más valor que el oro. Por eso tenemos que cuidarla tanto, pues nuestras familias no son inmunes a la plaga del aborto, de la corrupción, del alcoholismo, de la droga, de la infidelidad, como tampoco al control de los nacimientos mediante métodos contrarios a la dignidad de la persona humana.

                                    (visita ad límina de los obispos Rumanos=

 

   Hay un proverbio alemán que dice: "Tu casa puede sustituir al mundo, el mundo jamás puede sustituir tu casa". Y Sófocles decía: "El que es bueno en familia, es también un buen ciudadano".

 

Todos tenemos una familia, ni mejor, ni peor que la de los demás, pero es nuestra familia y no la podemos cambiar, no la queremos cambiar por otra, sino que la queremos mejorar. ¿Cómo?

a-      procurando hacer feliz al otro, no que el otro me haga feliz a mí.

b-     Recordando que la regla de oro es:" No hagas al otro lo que no quieras que te haga a ti"

c-      Defiende tu familia. No toleres todo a tus hijos.

d-     Siembra en ellos valores tales como la honradez, el respeto a los demás, la fidelidad, la firmeza de carácter, el saber compartir.

 

Si esto no fuera una alocución radial, casi  leyera el discurso del Papa Juan Pablo II a las familias en la misa de Santa Clara. Solo voy a citar 2 frases que fueron casi un grito de exhortación y que siempre debían resonar en nuestros oídos:

 

"No esperen que todo les venga dado. Asuman su misión educativa, buscando y creando espacios y medios adecuados en la sociedad civil"

 

"Cuba, cuida a tus familias para que conserves sano tu corazón".

 

 

Con el paso de la Virgen peregrina por nuestra diócesis que desbordó todas las expectativas, nos propusimos que nuestro pueblo, como los magos y los pastores encontraran a Jesús en los brazos de María. Ese fue el lema de la peregrinación: "A Jesús por María".

                  La Virgen vino a visitarnos. En el Nuevo Año nos proponemos devolver la visita  a nuestra Madre en su Santuario, organizando en el mes de marzo peregrinaciones al Cobre, para lo cual debes informarte en la Iglesia de tu pueblo.

 

Para los cubanos el Nuevo Año será un año jubilar, esto es, un año de acción de gracias y bendiciones. Es un año de júbilo que el Papa Benedicto XVI ha querido compartir con nuestro pueblo visitándonos el año próximo para celebrar los 400 años de la presencia de la  Caridad en nuestra tierra cubana.

 

En nuestra diócesis podremos alcanzar una especial bendición para nosotros y nuestra familia si participamos en una misa que con este fin se celebrará todos los días 8 de cada mes. Será un año próspero desde el ámbito de la fe. Esperamos que también lo sea en el ámbito de lo económico, de lo social y de lo político.

 

Que el Niño Jesús les conceda a todos ustedes y a sus familiares, en esta Navidad y Año Nuevo paz y felicidad

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