La Imagen de la Virgen Peregrina tuvo visita joven
Texto y Fotos: Carmen María Limia Echemendía.

Morón, Ciego de Ávila, 21 de marzo de 2001.La Imagen de la Virgen Peregrina continuó su caminar por la zona de Morón, este día recorrimos varias cooperativas como La Rosa, La Serrana, Santa Bárbara, Saladriga y Catalina y Patria.
En cada lugar se reunieron grandes grupos de personas con deseos de ver la imagen de a Virgencita que vino a protegerlos, pero sin duda alguna, dos de estos sitios fueron particularmente especiales. El primero fue el poblado de La Rosa, cuando llevábamos allí como cinco minutos, vimos a lo lejos al lado de la carretera una señora con muchos pioneros, esta no era otra que la directora de la escuela de este poblado, con todos sus alumnos, cada uno con florcitas silvestres en las manos de regalo para María. La directora pidió una foto de los niños a los pies de la Imagen de la Virgen, para tener un lindo recuerdo de ellos en ese momento tan especial y único en sus vidas.
Cuando continuamos nuestro camino, pasamos cerca de un rancho y la familia de esa casa salió corriendo para ver la Imagen, entonces el chofe de la Virgen, el señor Armando García tuvo la amabilidad de parar, como lo ha hecho otras veces durante todo el recorrido, para que ellos pudieran recibir la bendición de María.
Otro sitio muy particular fue Saladriga. Aquí la casa donde nos recibieron fue verdaderamente acogedora, con bellos adornos naturales, muchos pobladores corrieron hacia ese portal asombrados y emocionados por la belleza de la Imagen que no habían visto nunca algunos de ellos. Al rato de estar en Saladriga comenzaron a llegar jóvenes vestidos de uniforme, venían en pequeños grupos desde el politécnico de frente a la casa donde nos encontrábamos, ellos querían cumplir sus promesas y hacer ofrendas a su Madre del Cielo. Los reunimos a todos y los llevamos ante el Padre Juan que estaba parado muy cerca de la Imagen, este les impuso sus manos para bendecir su vida joven que anhela encontrar sentido y rumbo correcto.
Ya avanzada la tarde llegamos a Catalina, María fue recibida desde la carretera por toda la comunidad, con banderas cubanas, cantos y vivas.
Luego nos fuimos a Patria y nos quedamos allí hasta la noche cuando regresamos a Morón, agotados del largo camino pero regocijados de haber vivido la maravillosa experiencia de la inocente plegaria de un niño, el ansia de bendición de un joven para sentirse protegido y toda una comunidad que había encontrado a Jesús por María.