Texto: Eduardo Delgado. Fotos Frank Molina y Orlando Guevara
Gaspar, Ciego de Ávila, 31 de marzo de 2011. Pueblo próspero a juzgar por las construcciones de sus moradores y por la cantidad de cámaras fotográficas y celulares que el visitante pudo observar a lo largo de toda la procesión e incluso en la explanada que sirvió de escenario para la primera parte del recibimiento que los habitantes prepararon a la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre.
La procesión precedida por el padre Nelson Benítez, sacerdote que atiende el l lugar recorrió la calle principal del poblado, animados por cantos y oraciones a la Virgen María , Madre de Dios , que los cubanos desde los orígenes hemos conocido como Virgen de la Caridad del Cobre, al llegar al paseo ubicado frente a la iglesia, la Virgen fue llevada en andas hasta la plaza de la localidad donde se le había preparado un estrado con un quitasol a su costado derecho, la gente esperaba impaciente poder ofrecer sus flores, velas y ofrendas a la Patrona de Cuba.
El acto repleto de cubanía, desde la evocación del Padre Nelson a la figura de Perucho Figueredo, la interpretación del Himno de Bayamo y La Bayamesa por la banda de conciertos de la localidad, los repentistas Walberto Domínguez y Armando, las décimas a la Virgen por Alejandro Donet y Claudina Hernández, el Quinteto tradicional interpretó canciones cubanísimas como la popularizada por El trío Matamoros, Mi veneración, declamadores y hasta el repentismo se hizo presente en este multitudinario acto que desbordó las expectativas de los más con servadores.
El llamado del padre a la unidad desde la diversidad, independientemente de los posiciones políticas e ideológicas, se sustenta en su deseo de que la llegada de la réplica de la Virgen de la Caridad , más conocida como la Virgen Mambisa , sea un encuentro de paz entre todos los hermanos gaspareños.
En un segundo momento el padre invitó a los lugareños a dirigirse al templo y allí poder cumplir sus deseos, la multitud ávida de un encuentro inusual junto a los creyentes católicos colmaron el lugar que por lo pequeño le era imposible contener a todos a la vez, felizmente primó la cordura y el padre junto a sus acólitos bendijo la velas y conminó a que disciplinadamente las ofrecieran a la Virgen , así como las flores y las promesas fueran depositadas en sendas cajas habilitadas al efecto.
Buena parte de la noche, animada por cantos y una multitud que no dejaba el templo, propició poco a poco un espacio para la meditación de los que acudían buscando paz , un momento de oración y el encuentro con la madre de Dios.