jueves, 14 de abril de 2011

Radiante como el sol llega la imagen de la Virgen a Jatibonico.

Por: Elsida Arbolay y Mario Verdugo

Jatibonico, Ciego de Ávila 10 de abril de 2011 / La mañana ardiente no impidió que el pueblo de Jatibonico, desde bien temprano, comenzara a ocupar los bordes de la Carretera Central por donde llegaría, procedente de Jicotea la imagen de la Virgen Peregrina.

Minutos pasadas las nueve de la mañana y coronando la loma conocida por "De los Lorenzos" hacía aparición la camioneta que ha sido acondicionada para trasladar, por toda Cuba, la Bendita Imagen de la Virgen de la Caridad. En el entronque de la Carretera Central con la que conduce a La Yaya, el vehículo se detuvo para una vez colocada la imagen sobre la camioneta comenzara la procesión que por más de un kilómetro fue acompañada por unos dos mil de sus hijos (hombres, mujeres, niños y ancianos de este pueblo) hasta el portal del Templo Parroquial, bellamente engalanado para la ocasión, donde fue recibida con amor, devoción, cantos alegóricos a la Santa Madre y vivas de los presentes que disfrutaron de la liberación de numerosas palomas como un símbolo de paz que nos trae la Madre de Dios.

La emotiva Santa Misa fue presidida por Monseñor Mario Mestril Vega, Obispo de la Diócesis de Ciego de Ávila y concelebrada por el Padre Alexander Rojas, Cura Párroco de la Iglesia de San José de Jatibonico, y los Padres Miguel Eduardo Proaños, Vicario Parroquial y Carlos Salazar y diaconada por el señor Andrés Ferrer, diacono permanente de esta comunidad.

En la Homilía Monseñor Mestril oró por la Paz en Cuba, los gobernantes, por los cubanos que viven fuera y dentro del País; por los que sufren prisión o enfermedad para que nunca les falte la protección de la madre de todos los cubanos.

Si conmovedora fue la celebración, también lo fue el gesto de muchos fieles cuando al concluir el oficio religioso y la imagen fue colocada dentro del templo se postraron a los pies de la Virgen orando y ofreciendo velas y flores para embellecerla aún más.

Durante toda la tarde y horas de la noche fuimos testigos privilegiados de la presencia de unas mil o más  personas entre enfermos y sus acompañantes, niños, muchos con sus padres, mujeres embarazadas, matrimonios y jóvenes que en sus respectivos horarios se acercaron para ser bendecidos y saludar a la Virgen Mambisa, junto a muchos otros que llegaron por su cuenta al templo.

Muy agradable e inesperada fue la visita que en horas de la tarde nos hiciera Monseñor Emilio Aranguren, Obispo de Holguín en su paso hacia la Habana.